Bogotá es reconocida por sus políticas públicas fuertes y consistentes a favor del uso de la bicicleta. La Ciclovía, un evento semanal de ocupación de las principales avenidas de la ciudad por ciclistas y peatones, es el símbolo de esta voluntad política (Montero, 2017). Favorece un uso recreativo y deportivo de la bicicleta, que muchas veces se desarrolla de manera colectiva. ¿Cómo influye este uso colectivo en las representaciones de los ciclistas y en su comportamiento cuando circulan por la ciudad? El uso colectivo de la bicicleta parece ofrecer un marco para una socialización secundaria a la bicicleta y para la apropiación del espacio urbano (Popan, 2020). Observamos que se trata de una fase recurrente en la trayectoria hacia un uso utilitario individual de la bicicleta. Nos basamos en un corpus de 46 entrevistas semiestructuradas y 14 recorridos comentados, realizados en el 2021, que aportan información sobre el uso de la bicicleta y las representaciones asociadas. Como resultados, identificamos dos tipos de prácticas ciclistas colectivas, que difieren en sus formas y objetivos: - La práctica recreativa o deportiva se construye en torno al aprendizaje compartido, un cierto grado de competición y la confianza en el conocimiento compartido de los compañeros para moverse por la ciudad. - La práctica activista reivindica la apropiación de la ciudad y del espacio urbano, y la familiarización con la bicicleta a través de la pedagogía de las personas experimentadas (Sánchez Bernal & Triana Gallego, 2017). En el centro de estas prácticas colectivas, vemos la omnipresencia de percepciones de inseguridad y temores que limitan los desplazamientos en la ciudad (Horton, 2007). Lo colectivo permite superar estos miedos tranquilizándose, y a veces matizar ciertas percepciones negativas, convirtiéndose así en una palanca hacia un posible uso individual y/o utilitario. En esta presentación, detallamos el papel que juega el uso en grupo de la bicicleta como incentivo de este modo de transporte para los habitantes de Bogotá, haciendo hincapié en sus funciones claves de socialización, apropiación del espacio urbano y construcción de las percepciones de inseguridad.